Si conduciendo tu vehículo (Auto, Moto, Bicicleta) como dueño o usuario del mismo sufres un accidente por culpa de otro conductor (sea que conduzca auto, moto, ciclomotor, micro o colectivo) Tendrías derecho a la reparación integral de todos los daños sufridos: Daños físicos a tu persona (lesiones) como materiales de tu vehículo. También, podría ser responsable el Ente de Control de Rutas o la Empresa Concesionaria de la Ruta o Autopista si el choque se produjo en estas por vehículos detenidos o cualquier elemento que impida una normal circulación en la vía (piedras, bultos, baches, ruedas, animales, calzada resbaladiza por líquidos volcados en la misma o acumulación de agua en la calzada).

En el caso de los accidentes en moto, los conductores y acompañantes de una moto o bicicleta suelen estar desprotegidos, razón por la cual las lesiones sufridas suelen ser mayores.
Por esa razón es fundamental que, tanto vos como tu acompañante – si fuera el caso – busquen atención médica inmediatamente después del accidente, aunque no sientan que hubo heridas, dado que algunas lesiones no se hacen visibles hasta días o semanas después del accidente.

En la mayoría de ocasiones, las aseguradoras defienden su propio interés, buscando el modo de culpar en todo o en parte a la víctima para no pagar indemnización o pagar la menor cantidad posible. Cuando el motociclista o ciclista no cuenta con ayuda legal especializada, las compañías actúan rápidamente para forzarles a aceptar ofertas insuficientes, lo que con el apoyo de un abogado especialista no ocurriría, puesto que con nuestro asesoramiento el accidentado reclama y obtiene la indemnización que verdaderamente la ley establece.

En caso de sufrir alguna lesión mientras eres transportado/a en un colectivo sea al subir, bajar o en su interior deberás anotar: línea, interno y datos del chofer y conservar el boleto y/o la tarjeta magnética (SUBE). Son reclamables las lesiones graves, no los politraumatismos o golpes.

Los peatones son, junto con los ciclistas, los más vulnerable en los accidentes de tránsito, especialmente los niños y las personas mayores. Su especial desprotección implica como consecuencia que en la mayoría de los casos la víctima sufre lesiones de gravedad, y en casos extremos, el fallecimiento.

El número de atropellos en nuestro país ha crecido de manera alarmante, siendo lo más habitual que se produzcan en los núcleos urbanos. De entre todos, el más común es el que se produce en los cruces peatonales.